Mas que profeta
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“Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas
estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, 19. y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que
había de venir, o esperaremos a otro? 20. Cuando,
pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti,
para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21. En esa misma hora sanó a
muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les
dio la vista. 22. Y
respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y
oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos
oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23. y bienaventurado es aquel que
no halle tropiezo en mí. 24. Cuando
se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué
salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25. Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A
un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura
preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. 26. Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A
un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27. Este es de quien está escrito:
He aquí, envío mi
mensajero delante de tu faz,
El cual preparará tu camino delante de ti.
El cual preparará tu camino delante de ti.
28. Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay
mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es
mayor que él. 29. Y todo el
pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose
con el bautismo de Juan” (Lucas 7:18-29)
Juan el Bautista ha sido
metido en la cárcel, y en esta situación tan delicada envía a sus discípulos a
preguntarle a Jesús si él era el Mesías.
Jesús le responde y en
este pasaje nos muestra algunas lecciones muy importantes.
1.- Todos podemos tropezar.- (V.18-20) Un hombre usado
por Dios acaba dudando debido a la situación por la que estaba pasando.
Juan estaba ante una
situación muy seria, estaba en la cárcel y su vida estaba en peligro.
Todo esto acabó
haciéndolo dudar de Jesús.
Si Juan el Bautista, un
hombre de ayuno y oración, un hombre de arrepentimiento, pasó por esta
situación y tropezó, evidentemente todos podemos tropezar.
2.- Otras evidencias.- (V. 21-22) Aquí está la
contestación de Jesús, primero exponiendo milagros.
Antes de hablar con su
boca pone ante los ojos de los discípulos de Juan otras evidencias.
Cuando estamos ante unas
evidencias contundentes, necesitamos ver otras evidencias de mayor contundencia
todavía.
La realidad que veía en
su desgracia no es toda la realidad, hay otra realidad de victoria y triunfo
que también tenía que ver.
3.- Reprensión.- (V.23) Aunque Jesús entiende la
situación de Juan hasta el punto de volcarse haciendo milagros y prodigios a
sus discípulos, con todo le da un toque de atención.
Juan era un grande en
Dios, un gran profeta por eso Jesús se pone serio.
Cuando crecemos en Dios,
Dios nos demanda más.
“porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le
demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (Lucas 12:48)
4.- La gente busca a los profetas.- “Mas ¿qué salisteis a ver?” (V .25)
La gente sale a ver a
los profetas, los profetas son llamativos, la gente va a ir corriendo donde un
profeta esté profetizando, aunque sea en medio de un desierto.
Un profeta tiene un
ministerio atrayente, tanto que cuando la gente no es cristiana en vez de
buscar al profeta busca al echador de cartas.
La gente quiere saber a
cerca de su futuro, y de su presente.
Ser profeta es un trabajo delicado, porque entre el profeta
de Dios que da profecías de lo alto y el falso profeta a veces hay una línea
tan fina que es difícil reconocerlos.
Hay falsos profetas que
utilizan las profecías para cosas diferentes que servir a Dios.
Malas motivaciones a la
hora de dar profecías.-
a.- Tener
reconocimiento.- Cuando la gente viene a buscarte hace que te sientas
importante.
b.- Rebelión.-
profecías, sueños, visiones, revelaciones, pueden ser la justificación para no
obedecer a los pastores.
c.- Exceso de
emociones.- Personas que están con desequilibrio emocional, y debido a esto
entienden la vida en una sucesión de emociones.
d.- Problemas mentales.-
Gente que vive en una “dimensión del espíritu” que no es sino fruto de
enfermedades mentales.
e.- Demonios.- El
apóstol Pablo después de recibir las profecías de la muchacha que hablaba bien
de él, descubrió que era un espíritu de adivinación. “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al
encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación” (Hechos 16:16)
Sin embargo hay un
ministerio profético legítimo, defendido por la Biblia, pero los falsos
profetas están tan al acecho que el apóstol Pablo nos insta a probar las
profecías.
5.- Dios ataca a los falsos profetas.- Dios habla muy mal de
los falsos profetas porque:
a.- Descarrían a
personas
b.- Descarrían
congregaciones
c.- Efecto
multiplicador.- Un falso profeta de éxito hace que otros le imiten, hasta el
punto de convertirse en clones del falso profeta.
(I Juan 4:1)
6.- Tú eres mayor.- (V.28).- Ser miembro de la iglesia
concede el privilegio de ser mayores que Juan el Bautista.
Mayores, no mejores.
Mayores porque Juan el
bautista era del Antiguo Pacto, aunque aparece en el Nuevo Testamento.
Somos mayores porque en
Cristo está nuestra magnitud.
El reino de Dios nos da
la dignidad que perdimos en el Edén, gracias a la sangre de Cristo.
7.- El ministerio prosiguió.- (V.29) Juan estaba
encarcelado pero su ministerio continuó porque sus discípulos bautizaban cuando
Juan no estaba.
Un ministerio funciona
cuando si tu faltas el servicio a Dios continua para adelante.
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