La gloria de Dios
Iglesia cristiana evangelica Manantial de Vida Sevilla
“Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia
el oriente; 2. y he aquí la
gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su sonido era como el
sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. 3. Y el aspecto de lo que vi era
como una visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la
ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río Quebar; y me
postré sobre mi rostro. 4. Y
la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba al
oriente. 5. Y me alzó el
Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó
la casa” (Ezequiel 43:1-5)
La gente necesita ver la
gloria de Dios.
El poeta describió la
situación del mundo diciendo:
“Mi vida llena y mi alma vacía
Estoy ardiendo y tengo frío
Soy un extraño en el paraíso”
El profeta Ezequiel es
un profeta visionario al que Dios le da visiones impresionantes de cosas
celestiales.
Los 48 capítulos del
libro está lleno de revelaciones dadas por Dios a su espíritu.
Otros profetas bíblicos
también tuvieron este tipo de experiencias así podemos ver a Daniel o el mismo
apóstol Juan.
Todos ellos escribieron
los libros proféticos de la Biblia, también los hay históricos y poéticos.
Dios utiliza a estos
hombres para revelar al ser humano cosas que otros ni siquiera podríamos
imaginar.
Ezequiel va de visión en
visión, de profecía en profecía, mostrando el corazón de Dios para su pueblo y
los otros que están a su alrededor.
Cuando llegamos al
capítulo 40 el profeta es llevado por un
ángel en visión e inicia la descripción del templo de Jerusalén.
Durante tres capítulos
40,41 y 42 se nos describe el templo. Dándonos sus medidas, como son sus
escaleras, como son las puertas y cuantas tiene, lo que miden, como son las
ventanas, como es el suelo, como son las habitaciones, como es el átrio, como
es el lugar santo, de que materiales están hechos cada uno de ellos, en fin,
nos da una descripción detallada durante estos tres largos capítulos de como es
el templo.
Uno se sorprende del
detalle con que lo describe, e incluso en la lectura uno puede cansarse.
Pero después de estos
tres capítulos llegamos al 43, y algo especial pasa, Dios y su gloria penetran
en el templo.
1.- Un templo maravilloso puede estar sin Dios.- No es el templo, no es
la construcción del templo lo que le da valor, sino la presencia de Dios.
Cualquier cosa por buena
que parezca si Dios no está en ella pierde valor.
Estaba hecho bajo la
dirección de Dios, pero la presencia de Dios no estaba.
2.- Lo importante y lo imprescindible.- Es importante la
construcción del templo y los detalles del mismo, si así no fuera no se
dedicarían 3 largos capítulos de la Biblia para describirlos.
Una buena construcción
es importante, no vale cualquier cosa, para Dios hay que darle lo mejor, hemos
de invertir lo mejor en Dios y en su obra.
La mentalidad chapucera
no vale para esto, eso de pensar que cualquier cosa es buena, no se encuentra
en la mente de Dios. Si analizamos la Biblia vemos como continuamente Dios
procura cosas buenas para todo lo que tiene que ver con su servicio.
Lo mejor en un lugar no
tiene por que ser lo mejor en otro. En un sitio donde no hay riquezas todavía
se puede dar lo mejor, claro, no será lo mejor para gente que vivan en sitios
más ricos, pero en ese lugar si es lo mejor.
Dios quiere que hagamos
las cosas con excelencia, este es un principio bíblico y nosotros siempre hemos
tratado de seguirlo.
Pero lo importante no
debe confundirnos para que no veamos lo imprescindible.
Lo imprescindible es que
la gloria de Dios está en el templo.
Si solo tiene cosas de
valor y Dios no está, no estamos logrando lo que Dios quiere lograr.
Estamos despistados y
confundidos si nos fijamos en las piedras y dejamos fuera a la gloria de Dios.
3.- Que es la gloria de Dios.- (V.2) La gloria de Dios entro
en el templo.
Gloria es otra forma de
decir resplandor, brillo.
En español se utilizan las expresiones:
“esta persona es brillante” dando a entender que
esa persona destaca sobre los demás.
“un acontecimiento glorioso”.- destacado entre otros,
superior a otros.
En astronomía Hiparco dividió las estrellas según su luminosidad y a
las más brillantes las llamó de primera magnitud, las siguientes de segunda,
las otras de tercera, y así hasta llega a las que menos brillan.
Cuando la Biblia nos
habla de la gloria de Dios siempre lo hace dándole preeminencia al resto de las
cosas. Nada brilla más que la gloria de Dios.
La presencia de Dios va
a sobresalir sobre las demás cosas, es de primera magnitud.
En el corazón del
cristiano hemos de reconocer su gloria, que Él es el primero.
Cuando se reconoce que
Dios es lo más importante entra la gloria de Dios.
4.- Ruido de muchas aguas.- Aquí en este pasaje no
solo resplandece, sino que además venía acompañada por un ruido similar al que
hacen muchas aguas.
Si has estado al lado de
una cascada verás que el ruido es fuerte, y si has visto la fuerza del agua te
darás cuenta que pocas cosas se mantiene delante del agua cuando viene brava.
La presencia de Dios va
a arrasar con las cosas que no convienen, va a quitar todo lo que estorba, Dios
no viene pidiendo permiso, somos nosotros los que tenemos que pedirle permiso a
Él.
5.- La tierra resplandeció.- (V.2) La tierra que
no tiene resplandor, resplandeció ante la presencia de Dios.
La luna es un trozo de
piedra sin luz, pero cuando recibe la luz del sol la refleja y aparentemente es
más brillante que cualquier otra estrella del cielo.
El ser humano es pequeño
en gloria, pero cuando recibe la luz de Dios brilla más que nada.
Valemos lo que
reflejemos la luz de Dios.
Cualquiera de nosotros
en nosotros mismos no tenemos brillo, pero con la luz de Dios deslumbramos a
los demás.
La gloria del hombre es
efímera, el hombre trata de perpetuarse, pero grandes hombres como cervantes
cuando abren sus tumbas solo encuentran polvo.
La gloria de Dios es
eterna, brilla para siempre y por la eternidad estaremos con Dios brillando
junto a Él.
6.- La gloria entró.- La gloria de Dios tiene
que entrar en la casa de Dios.
No debemos impedir que
su gloria entre. Dios respeta la voluntad del ser humano y si no queremos que
entre su gloria, no va a entrar.
Si procuramos nuestra
gloria, impedimos la de Dios.
Si queremos usar su
gloria para fines egoístas, para nuestro beneficio, impedimos la de Dios.
Dios quiere entrar, pero
hemos de abrir la puerta.
Un pueblo que se humilla
a Dios, que trata de agradarlo, que le da lugar, que le exalta es la puerta
abierta para que la gloria de Dios entre.
7.- “Me alzó el
espíritu”.- (V.5)
Cuando la gloria de Dios entra, la cosa no se queda ahí, sino que alza
nuestros espíritus para que veamos y entandamos más.
El espíritu va a Dios,
se comunica con Dios, la gloria de Dios va a mostrarnos y revelarnos lo
profundo de Dios.
El espíritu se va a
alzar y alejándose de lo material recibirá el toque de lo alto que nos da esa
revelación profunda en relación en quién es Dios, quienes nosotros, y que
quiere Dios de nuestras vidas.
8.- Toda la casa.- (V.5)
No solo el altar,
también cada rincón de la casa ha de estar lleno de su gloria y de su
presencia.
La iglesia infantil, los
jóvenes, el evangelismo, cada uno de los lugares del templo y cada una de las
actividades de la iglesia han de estar llenas de la gloria de Dios.
9.- Usted es templo de Dios.- “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
mora en vosotros?” I Corintios 3:16
Usted tiene que estar lleno de la gloria de Dios.
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